Finalidad de la Criminología y su utilidad.
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La Criminología es una ciencia de aplicación práctica.
Busca antes que nada el conocer las conductas antisociales y sus factores
causales para evitarlos, para combatirlos, no se completa en la comprensión de
las conductas antisociales mismas, sino que trata de prevenirlas, no busca la
represión, sino la prevención.
La Criminología se aplica en aquella rama, una de las más
útiles que es la Criminología Clínica; la aplicación de los conocimientos para
conocer el porqué del crimen, pero el porqué de un crimen en particular, porqué
Juan mató a Pedro. Buscar las causas por las cuales un individuo ha cometido un
hecho antisocial; si este hecho antisocial es un delito, para que el juez pueda
juzgar efectivamente, porque juzgar no es nada más aplicar un artículo del
Código y la pena que éste señala, ya que juzgar significa mucho más que eso,
por esto se debe tener tanto respeto a la función del juez; y posteriormente es
necesario poder curar, poder socializar, poder integrar socialmente al sujeto
que ha cometido ese hecho antisocial, siempre con la mira de la prevención, es
decir, para prevenir que ese sujeto reincida.
Como dice Veiga de Carvalho, la Criminología Clínica
informa en el proceso, esclarece en el juicio y colabora con la ciencia
penitenciaria en el cumplimiento de la sanción ordenada.
Indudablemente que el criminólogo estudia los problemas y
propone
soluciones, aunque no siempre sea escuchado, ya que la decisión y ejecución de
los planes preventivos está a cargo de organismos por lo general de carácter
oficial, y en todo el mundo es conocido el divorcio entre los técnicos y los
decididores, separación que en algunos campos tiende a agravarse, aunque en
otros se han logrado avances satisfactorios.
El particular cuidado que debe ponerse al hacer ciencia
criminológica, de no perder de vista la finalidad preventiva y de bien común,
pues de lo contrario puede caerse en la Criminología de gabinete, de teoría
brillante, pero de utilidad nula.
En el caso de la criminología, que corresponde a una
subespecialidad de una ciencia social, cual es la sociología, el proceso de
conocimiento implica describir, relacionar, identificar, comprender e
interpretar los fenómenos o componentes que integran el campo. Esto, pese a
algunas voces marginales contrarias a la adscripción de la criminología a la
sociología.
El objeto de estudio es lo que provee de sentido y razón de
ser a una disciplina, es su campo de trabajo. Por esto es, como resulta
bastante obvio, una cuestión fundamental e indispensable, tanto para poder
hablar de la presencia de una ciencia, como para no estar del todo perdidos en
el escenario del trabajo científico. Lo anterior, pues es de común y general aceptación
la idea de que una ciencia puede configurarse como tal sólo en tanto disponga
de un método, una teoría y un objeto de conocimiento, siendo su objeto único y
exclusivo.
A lo largo de la historia, desde el siglo XIX hasta
nuestros días, ese objeto de conocimiento ha girado en torno a cuestiones como
la criminalidad, los individuos partícipes en la comisión de infracciones a la
ley penal, las reacciones o respuestas de las instituciones estatales y de la
sociedad frente al delito, las formas en que las agencias del control social,
en particular penales, se organizan para combatir o neutralizar la criminalidad
y las políticas que orientan a tales estructuras. Sin embargo, desde su
fundación son múltiples las polémicas sobre el objeto de estudio de la
criminología, paralelas a los desacuerdos teóricos sobre este punto, por lo que
la disciplina ha estado rodeada de una enorme inestabilidad.
Para la criminología no ha sido nada fácil definir de modo
preciso su objeto de estudio. Por esto, en verdad, muchas veces parece
naufragar sin encontrar un norte nítido hacia el cual avanzar. Casi desde sus
comienzos, pero en especial desde las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX,
emergieron toda clase de enconados debates acerca de su objeto de conocimiento.
De allí, que las tareas que debe cumplir no sean para nada claras. Desde luego,
la criminología no ha podido desarrollarse cabalmente puesto que no ha resuelto
la asignatura pendiente de esclarecer de modo contundente su objeto de estudio.
Todas las teorías criminológicas, de los más diversos
origines disciplinares, han indagado sobre dos grandes componentes que, ahora,
de manera suscita y del modo más general posible, pueden ser descritas como las
conductas que transgreden la ley penal y las respuestas punitivas a esas
infracciones. En ocasiones, determinadas teorías, desde ciertas perspectivas
disciplinares, se han ocupado de los dos componentes, en otras ocasiones, apenas,
de sólo uno de ellos. Esas conductas han sido definidas e interpretadas de muy
distintas formas, como criminalidad, estados antisociales, peligrosidad,
desviación, hechos dañinos, conflictos sociales, divergencia social, etc. Pero,
con independencia de la manera como son nominadas, lo cierto es que se trata de
actuaciones sociales, en las que los individuos se relacionan con otros y, aun
cuando esas actuaciones tengan particulares connotaciones penales, es la
sociología la ciencia que las estudia.
El segundo componente puede haber sido descrito y entendido
de distintas maneras, como justicia penal, control social penal, control social
formal e informal, reacciones penales, pero siempre comprende la manera como la
sociedad en general, o ese importante componente de la sociedad que es el
Estado, el cual vela por la organización de la vida social, procuran
neutralizar esas actuaciones con implicaciones penales a las que se acaba de
aludir, siendo que del estudio de las estructuras o instituciones sociales y de
la manera como ellas operan trata la sociología.
Al ser las actuaciones sociales y las estructuras sociales,
expresiones de la vida en sociedad, pertenecen a la sociología, que es la
ciencia que estudia la sociedad.
Bibliografía
German Silva Garcia, A. V. (2018). El objeto de estudio de la criminología y su papel en las sociedades latinoamericanas. Utopía y Praxis Latinoamericana, 23, 11-31. Obtenido de https://www.redalyc.org/journal/279/27957769014/html/
Manzanera, L. R.
(1981). Criminologia. Argentina: PORRUA.
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