Finalidad de la Criminología y su utilidad.

 

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La Criminología es una ciencia de aplicación práctica. Busca antes que nada el conocer las conductas antisociales y sus factores causales para evitarlos, para combatirlos, no se completa en la comprensión de las conductas antisociales mismas, sino que trata de prevenirlas, no busca la represión, sino la prevención.

La Criminología se aplica en aquella rama, una de las más útiles que es la Criminología Clínica; la aplicación de los conocimientos para conocer el porqué del crimen, pero el porqué de un crimen en particular, porqué Juan mató a Pedro. Buscar las causas por las cuales un individuo ha cometido un hecho antisocial; si este hecho antisocial es un delito, para que el juez pueda juzgar efectivamente, porque juzgar no es nada más aplicar un artículo del Código y la pena que éste señala, ya que juzgar significa mucho más que eso, por esto se debe tener tanto respeto a la función del juez; y posteriormente es necesario poder curar, poder socializar, poder integrar socialmente al sujeto que ha cometido ese hecho antisocial, siempre con la mira de la prevención, es decir, para prevenir que ese sujeto reincida.

Como dice Veiga de Carvalho, la Criminología Clínica informa en el proceso, esclarece en el juicio y colabora con la ciencia penitenciaria en el cumplimiento de la sanción ordenada.

Indudablemente que el criminólogo estudia los problemas y propone soluciones, aunque no siempre sea escuchado, ya que la decisión y ejecución de los planes preventivos está a cargo de organismos por lo general de carácter oficial, y en todo el mundo es conocido el divorcio entre los técnicos y los decididores, separación que en algunos campos tiende a agravarse, aunque en otros se han logrado avances satisfactorios.

El particular cuidado que debe ponerse al hacer ciencia criminológica, de no perder de vista la finalidad preventiva y de bien común, pues de lo contrario puede caerse en la Criminología de gabinete, de teoría brillante, pero de utilidad nula. (Manzanera, 1981)

En el caso de la criminología, que corresponde a una subespecialidad de una ciencia social, cual es la sociología, el proceso de conocimiento implica describir, relacionar, identificar, comprender e interpretar los fenómenos o componentes que integran el campo. Esto, pese a algunas voces marginales contrarias a la adscripción de la criminología a la sociología.

El objeto de estudio es lo que provee de sentido y razón de ser a una disciplina, es su campo de trabajo. Por esto es, como resulta bastante obvio, una cuestión fundamental e indispensable, tanto para poder hablar de la presencia de una ciencia, como para no estar del todo perdidos en el escenario del trabajo científico. Lo anterior, pues es de común y general aceptación la idea de que una ciencia puede configurarse como tal sólo en tanto disponga de un método, una teoría y un objeto de conocimiento, siendo su objeto único y exclusivo.

A lo largo de la historia, desde el siglo XIX hasta nuestros días, ese objeto de conocimiento ha girado en torno a cuestiones como la criminalidad, los individuos partícipes en la comisión de infracciones a la ley penal, las reacciones o respuestas de las instituciones estatales y de la sociedad frente al delito, las formas en que las agencias del control social, en particular penales, se organizan para combatir o neutralizar la criminalidad y las políticas que orientan a tales estructuras. Sin embargo, desde su fundación son múltiples las polémicas sobre el objeto de estudio de la criminología, paralelas a los desacuerdos teóricos sobre este punto, por lo que la disciplina ha estado rodeada de una enorme inestabilidad.

Para la criminología no ha sido nada fácil definir de modo preciso su objeto de estudio. Por esto, en verdad, muchas veces parece naufragar sin encontrar un norte nítido hacia el cual avanzar. Casi desde sus comienzos, pero en especial desde las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX, emergieron toda clase de enconados debates acerca de su objeto de conocimiento. De allí, que las tareas que debe cumplir no sean para nada claras. Desde luego, la criminología no ha podido desarrollarse cabalmente puesto que no ha resuelto la asignatura pendiente de esclarecer de modo contundente su objeto de estudio.

Todas las teorías criminológicas, de los más diversos origines disciplinares, han indagado sobre dos grandes componentes que, ahora, de manera suscita y del modo más general posible, pueden ser descritas como las conductas que transgreden la ley penal y las respuestas punitivas a esas infracciones. En ocasiones, determinadas teorías, desde ciertas perspectivas disciplinares, se han ocupado de los dos componentes, en otras ocasiones, apenas, de sólo uno de ellos. Esas conductas han sido definidas e interpretadas de muy distintas formas, como criminalidad, estados antisociales, peligrosidad, desviación, hechos dañinos, conflictos sociales, divergencia social, etc. Pero, con independencia de la manera como son nominadas, lo cierto es que se trata de actuaciones sociales, en las que los individuos se relacionan con otros y, aun cuando esas actuaciones tengan particulares connotaciones penales, es la sociología la ciencia que las estudia.

El segundo componente puede haber sido descrito y entendido de distintas maneras, como justicia penal, control social penal, control social formal e informal, reacciones penales, pero siempre comprende la manera como la sociedad en general, o ese importante componente de la sociedad que es el Estado, el cual vela por la organización de la vida social, procuran neutralizar esas actuaciones con implicaciones penales a las que se acaba de aludir, siendo que del estudio de las estructuras o instituciones sociales y de la manera como ellas operan trata la sociología.

Al ser las actuaciones sociales y las estructuras sociales, expresiones de la vida en sociedad, pertenecen a la sociología, que es la ciencia que estudia la sociedad. (German Silva Garcia, 2018)


Bibliografía

German Silva Garcia, A. V. (2018). El objeto de estudio de la criminología y su papel en las sociedades latinoamericanas. Utopía y Praxis Latinoamericana, 23, 11-31. Obtenido de https://www.redalyc.org/journal/279/27957769014/html/

Manzanera, L. R. (1981). Criminologia. Argentina: PORRUA.

 

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